Tuesday, December 27, 2005

Mmm, no, que no quede en familia...

Heeeeeeeeey, ¡por fin!
Mmmm, podría decir que estos días, con todos sus festejos y brindis han sido tan complicados que no he tenido un segundo para actualizar mi recién estrenado blog. Y no estaría mintiendo del todo. Pero la verdad es que justo después de mi disertación sobre el anonimato en tiempos del blog, se me presentó la disyuntiva "¿lo cuento o no lo cuento?" Si, pasó algo. Y no, no es importante. Salvo porque en su momento hizo que me muriera de vergüenza y que quisiera convertirme en árbol. Creo que hacía mucho (en verdad mucho) tiempo que no sentía, literalmente aquéllo de "trágame tierra". Y bueno, ya entrando en materia, supongo que ni es para tanto.
Resulta que el martes pasado fue la cena navideña de mi grupo de amigos de la universidad. Mi mejor amiga de aquellos tiempos, vive desde hace 5 años en Madrid, donde trabaja como European Producer de cine y comerciales. El punto es que tal vez debido a su lejanía, es la más entusiasta en reunirnos cada que viene y lo fue esta vez en organizar la cena en casa de sus abuelos, la que fuera su casa toda la vida. Estábamos casi todos los que teníamos que estar, Honney Bunny, Manolo, la Chica Pupilas de Gato, el Marido de CPG, Mi Niño, el Poeta Posmoderno, la Chica del Poeta, la Museógrafa Teatrera y su Esposo Buena Onda, y, desde luego, European Producer y su hermano menor: el Abogado, que siempre que no tenía un plan mejor se adjuntaba a los nuestros.

Pues el tema (para no hacer tan cansado el relato) es que El Abogado me estuvo haciendo ojitos toda la noche. Y yo me mantuve casi firme hasta el final. Hasta que European Producer se fue a dormir. En realidad no pasaron más de 2 minutos ni la cosa pasó de unos besos. Y luego un silencio... sepulcral. Cuando nos separamos Su Mamá estaba de pie viéndonos. Paralizada. En shock, vamos. Tanto que se equivocó al decir mi nombre y yo pensé: "¡no me reconoció! ¡ya chingué paleta! Yo me voy y aquí no ha pasado nada", pero no.

A ver, ahí va la escena completa:

María Fernanda y José Ramón se besan en el estudio de casa de él. Son las 6 de la mañana y ella ya se va (que es verdad, yo ya me iba, a mi casa). De pronto, silencio. Se dan cuenta que alguien los observa. Es la madre de él, que asombrada, no atina sino a espetar un contundente diálogo. Algo así como:

-¡María Graciela y José Ramón! ¡Esto no puede ser! (y hace dramático mutis).

En seguida vuelve a escena y rectifica:

- Ejem. Perdón... ¡María Fernanda y José Ramón! ¡Esto no puede ser! (y repite dramático mutis).

El Abogado, como yo, se quedó mudo dos segundos para inmediatamente soltar una risotada que me contagió y que después no pudimos parar. Algo habría de risa nerviosa, aunque la realidad es que la situación era por demás cómica: yo besándome con el hermanito de mi mejor amiga de la universidad, a sabiendas de que él tiene una noviecilla bienvista y muy querida en su familia (que además me cae bien, life sucks!), en casa de sus abuelos, dejándonos sorprender a las 6 de la mañana por su mamá (la misma que le encargaba a European Producer -y por extensión a mi-, cuidarlo (ja) hace apenas unos 6 años). Minutos después bajó European Producer, sin poner contener la risa tampoco. El ataque fue supremo y yo no podía dejar de imaginar a su mamá, en las escaleras, escuchando cuchicheos y contenidas risotadas, apenas amortiguadas por nuestras manos tapandonos la boca para no hacer escándalo. Dios ¡qué pena! ¡y qué risa!

Al día siguiente al despertar tuve esa sensación de desear con toda el alma que todo hubiera sido un mal sueño. Y no pude sino reírme otra vez, y de nuevo cada que se lo conté a alguien. ¡Qué sensación rara!

Digamos que más allá de la escena que fue por demás cagada, supongo que me da rollo porque de alguna forma compromete mi amistad con European Producer, relación que ya se ha visto afectada en otros tiempos. Bueno, El Abogado a la fecha sostiene que si nunca hubo nada "formal" entre nosotros fue porque yo le pedí permiso a su hermana y ella me lo negó. No es verdad. Pero si así hubiera sido, yo habría respetado su negación. Y es que la quiero un chingo. Y ya neteando, me sentiría muy mal si por un resbalón de peda navideña, nos alejáramos otra vez.

Tuesday, December 20, 2005

El Anonimato en los tiempos del Reality




Hoy platicaba con la Editora Asociada que esto de los blogs está cañón porque se vuelve un reality. No siempre, desde luego, no para quienes postean fotos o textos inconexos, cuentos, ensayos ... y así (como dice Mía). Pero para los que escriben de su vida, de sus sentimientos, de sus experiencias (más o menos veladas, da igual), un Blog se convierte en una real novela de entregas en la que (al margen del valor literario que puede ser mucho o poco), los lectores no pueden sino intrigarse y quedarse "bien picados" con los avatares de la vida real de alguien más. Está cabrón. ¿Será puritito morbo? Yo creo que no. Que ya no. Yo creo que claro hay curiosidad y algo de morbo, pero sobre todo hay mucha búsqueda y mucho vacío. En realidad tampoco tengo una tesis muy clara al respecto, así que creo que por el momento es mejor vivir la experiencia del blog. Ya iremos desmenuzando el fenómeno si no nos gana la hueva y las ganas de hablar (escribir) de cosas más divertidas.

El punto, y a esto iba, es que aún siento cierto resquemor a publicar mi vida en la red, no sé si quiero decirlo todo, o nomás una parte, o contar mentiras. Esa es una gran tentación. También lo es crear un alter ego. Pero además no quisiera balconear a nadie y eso es muy difícil, por dos razones: 1) no vivo aislada y 2) mi pecho no es bodega!!!! Buscando una solución, ahí va el código de inicio. Por el momento contaremos verdades pero todos los personajes que formen parte de lo que aquí se cuente, tendrán un alias. Ese truco es de la Editora Asociada, y le ha funcionado re bien. Si algo se pone muy punk y se ve en peligro la integridad de alguien, pues ni modo, mentiremos... y así (como dice Mía).

Por el momento mi Buddy So Cute está intrigado y lo quiere leer a la brevedad. Aunque de entrada me prohibió hablar de él, se alivianó cuando acordamos que nadie sabrá su nombre. Es que no puedo no hablar de él. Si además de la alegría que me ha dado reencontrarlo después de 5 años, se ha convertido en el amigo perfecto para aclararme varia cosa. Es uno de esos cabrones simpáticos que dice de si mismo ser un pan cuando se enamora. Y como yo lo quiero porque es mi amigo, de pronto le creo. Pero claro, luego cuando me entero de sus rollitos (que me cuenta varios) o lo veo en acción, trato de observarlo como en microscopio. Le dije que haría un estudio antropológico a partir de él, para entender cómo funcionan los hombres. Ok, el asunto no es tan pretencioso. Pero está resultando divertido. Como sea Buddy, si me estás leyendo, hoy no contaré ninguna de tus historias.

Hoy nos vamos a un opening culinario: taquitos, yummie. Y a ver si salen historias.

Monday, December 19, 2005

Vamos empezando

Me llama la atención esto de los blogs. No lo entendía mucho. Creo que todavía no lo hago, pero me gusta, me mola mogollón.
No sé bien cómo empezar. Supongo que será cuestión de práctica.
Hace algunos meses me enganché leyendo los de algunos amigos, luego el de más de un desconocid@. Hasta que me ganaron las ganas de hacer uno propio. Y la necesidad inminente de terapearme de algún modo. Tal vez éste sea un buen comienzo. Tal vez sólo sea divertido... pero seguro viene a ser buen tiempo de intentarlo.
Esa frase no tiene pierde, siempre viene a ser buen tiempo para algo, para desenamorarse, para correr sin mirar atrás, para divertirse, para ir, para venir, para cantar, para quedarse callado, para reír, para comer, para amar, para mentir, para decir la verdad a calzón quitado, para pedir perdón, para comenzar, para partirse la madre por algo o alguien, para decir adiós, para arrepentirse, para morirse y resucitar.

Escogí mi templete en un mood parecido al que hace cinco años me hizo pintar mi recámara del mismo color: un verde así, chillantote. Estoy triste y nostálgica. También hecha bolas, no sé si es la inminencia de la navidad, la soledad (que otros días disfruto condenadamente) o el haber dado carpetazo final a una relación de esas inacabables, intermitentes como esas lluvias que antes llamaban de "chipi chipi", cagantes. Que ni te mojan ni te dejan secarte. Una de esas situaciones ante las que mi abuelo hubiera dicho: "tamos jodidos porque, ni se muere, ni cenamos". Fue apenas el jueves pasado. Y dolió. Hubo que ir a ahogar las penas con margaritas al dos por uno a un barecillo condesero.
Ok, no nos hagamos: fue el pinche adiós, pa qué más que la verdad. Y es que además fue pinche, ni siquiera en persona, ni siquiera de frente. Ojalá que eso se compense con un carácter de definitivo e irrevocable.

En aquel entonces pensé que las paredes verdes de mi recámara ayudarían en una misión que creía imposible: secar mis lágrimas y salir de ella, a la calle, al mundo, a seguir viviendo y a buscar motores y motivos.
Mi tristeza de hoy no se compara, uno nunca deja que el dolor le vuelva a pegar de la misma forma, pero igual recurro a un cheering up color.
Y aquí estamos, vamos empezando. A partir de un adiós que por su historia pesa. Y de un hola que aguardo con miedo, pero que seguro llegará en buen tiempo.