Sunday, April 23, 2006

¿Interesante o mamona?

Estos días me ha resultado particularmente difícil concentrarme en escribir cualquier cosa relacionada con el trabajo. Fatal.
Sí, ando especialmente distraída. Y dispersa como nunca. Lo cual es mucho decir. Mucho.

Así que para inspirarme un poco y en cumplimiento a una promesa especial fui a la sesión fotográfica de la banda a la que se refiere una de mis notas. Ahí, después de las fotos, me senté a charlar un poco con El Vocalista, que preocupado me contó de algunos malos entendidos que había habido entre sus managers (la de la banda y el de la disquera, que pa' variar no se ponen de acuerdo). Total, que me pidió (muy amablemente, eso sí, y algo apenado) que en adelante, le informara a la manager de la banda sobre cualquier cosa que quisiéramos hacer con ellos. Yo, entre machina, ligadora y sin pensarlo mucho, le solté con una sonrisa ladeada: "Está bien, entonces, ya no te hablaré más si no quieres". Entonces él levantó la mirada de su agenda, y la clavó fijo en mis ojos y desafiante me dijo, casi ordenó: "No, sí hablame. Yo sí quiero que me llames pero para otras cosas. Es sólo lo de la banda lo que te pido que trates con ella." Con el mismo aplomo volvió la atención a su agenda y me dio el número de la mujer en cuestión. Yo me limité a sonreír discretamente mientras decía "Okei". Acto seguido nos invitó (a mí y a la Niña Fotógrafa) a verlos tocar... nos quedamos un rato. El suficiente para ver por ahí a una chica que lo rondaba y que parecía algo más que una grupie. No vi nada claro; con tal de no parecer obvia no miré nunca directamente hacia donde estaban... así que queda eso en incertidumbre. Y por largo rato porque al despedirnos me dijo con esa mirada fija fijísima cuya capacidad de perturbarme ya tiene re clara: "Gracias por todo, nosotros nos vamos de gira en junio, dos meses, entonces hasta agosto nos veremos. Si no me llamas porque te ofendiste, te llamo yo," y sonrió como yo: de ladito. Le sostuve la mirada, le devolví la sonrisa y repetí un despreocupado "okei" que pretendía ser interesante, pero que seguramente quedó mamón. Pausa larga, pues. Esperaré a ver si llama, aunque lo dudo. Eso de parecer interesante nunca me sale, siempre quedo como mamona.

como en un flash, nadie nos mira alrededor — una red en común conspiraba en la oscuridad — sigilosa señal la que nadie debe anotar — nos dejamos arrastrar corriente abajo hasta que el ruido nos tapó y le dije — yo te quiero conocer igual —
no nos mira nadie despejemos el lugar — sólo tú y yo
(Babasónicos)

De ahí me fui con la Niña Fotógrafa a una reunión de ídems. He de confesar que me dio un poco de hueva el ambiente pretenciosillo, pero salieron un par de cosas útiles: información extraoficial valiosa para nuestra revista y algún contacto del que se pueda echar mano en un futuro.

Odio llegar a mi casa los viernes y los sábados en la noche. Hay un tráfico de terror. Inconcebible: entre las 22 y las 3 hrs. me puedo tardar hasta 40 minutos en avanzar el tramo de los últimos 3 km. antes de llegar a mi casa. Es una mentada de madre. Uno ya viene durmiéndose y se tiene que soplar ese cacho a vuelta de rueda, rodeada de chavitos fresas impacientes por reventar en los antros de moda que rodean mi dulce y apacible hogar. Así las cosas, la estrategia esos días deberá consistir en llegar a las 22 hrs y no salir más, o bien en salir con harta pila para llegar después de las 3 y media. Eso sí es una monserga.

Hoy fui ya por el mueble de la compu a la Fábrica de Pasteles, es decir, a la casa de mi Roomie Consentida, o sea, a mi ex hogar. Así que ya lo traje e instalé en el estudio y acomodé todo para tener mi espacio de trabajo un poco más en orden... con la idea de que esto ayudaría concentrarme mejor... A ver.

La sala sigue en casa del Sapo Vengador, que en medio de muchas ocupaciones y compromisos sociales no me ha dado fecha para ir a recogerla. Así que seguimos en espera de un pronto avance en ese asunto.

Tuesday, April 18, 2006

Informe de vacación

Ok, sobre las puertas: nada, misión no cumplida. (Ya lo había vaticinado el Editor de los Ojos Bonitos: no sería tarea tan fácil como yo lo imaginaba). Tons mejor lo que haremos es conseguir a un profesional de la pintura de puertas que por una módica cantidad nos eche la mano en la labor del cambio de look casero. Pronto, con la salvedad de que hay que esperar a principios de mayo por cuestiones monetarias.
Sobre la elíptica: misión cumplida. Ya hasta empezó el programa de acondicionamiento... ¡Yeeeeah!
Sobre la sala: sólo ha habido un retraso debido a que la vendedora andaba de vaga, pero ahora que ha vuelto sólo es cuestión de acordar cuándo vamos por ella. No pasa de esta semana.
Sobre comer sanito: pues si, más o menos. Exceptuando unos deliciosos chilaquiles que me preparé para consentirme el domingo santoooo, porque era día santo y esos días —como siempre, pero más— uno debe permitirse el disfrute (contrario a lo expuesto por señorita, si, señorita por favor, aunque le cueste más trabajo, por la Señorita Iglesia Católica y Apostólica, que no siempre tiene la razón). Jah, pues eso: nomás por rebeldota ese día comí suculentos chilaquiles y el día anterior una hamburguesa (si si, de carne carne carneee). Pero que conste que rompí la dieta por una cuestión meramente ideológica.
En mi descargo, les informo que puse un clóset. De esos de Ármelo Usted Misma (De Preferencia Con Ayuda De Su Supercú (ñado) Pa Que No Se Tarde Tanto). Yo, como siempre leo las instrucciones, pues les hice caso y tons entre Supercú y yo lo pusimos en apenas un par de horas... bueno un poco más... tal vez el doble. Pero quedó re bien. Así que ahora el estudio va tomando más forma.
Y en esto de los canjes de propósitos, ahí va mi propuesta: cambio el de la sala que se ha visto inevitablemente postergado, por ir a recoger un mueble para la compu al honorable ex hogar, la Fábrica de Pasteles. Eso será el jueves. Este jueves.

Bueno, habiéndo reportado ya sobre mi lista de propósitos, me voy, dejando sólo pendiente el up date de Sala y Puertas.

Saturday, April 15, 2006

Susurros al oído, audífonos mediante...

El primer acoplado que recibí fue de la que fuera una de mis mejores amigas (aquélla que he perdido recientemente y a quien se refiere el post “Qué cosa fea que es el rencor, eh?”), La Amiga Perdida. Éramos unas adolescentes de 14 años en busca de nuestras primeras ilusiones en el terreno sentimental. Compartíamos más bien los primeros y más ligeros desengaños y desencuentros embuídas en el limitado ambiente de nuestra escuela fresa y nuestros, of course, ñoñísimos prospectos. Nos cortábamos las venas con galletas de animalitos escuchando un cassette que ella me grabó y que incluía a Cher cantando If I Could Turn Back Time, el cursi It Must Have Been Love de Roxette, King of Wishful Thinking de R.E.M., Every Breath You Take y Don’t Stand So Close To Me de The Police, al tiempo que nos ganaba la risa intentando llorar sin lograrlo. Ja.

Luego, a los 16, me fui a pasar el verano con la familia putativa en Madrid. Regresé con la experiencia de haber fumado mis primeros toques de hash, de mis primeras (divertidísimas) guarapetas, con dos álbumes de fotos, el primer lugar del torneo de tiro de dardos de La Fundadora (nuestro bar consentido), un montón de LP’s, 10 kilos de más y 4 acoplados (en cassette, claro está) que mi prima me grabó y que pretendían ser el soundtrack de ese viaje; incluían a Radio Futura, Nacha Pop, Duncan Dhu, Tam Tam Go, Greta y los Garbo, Juan Luis Guerra… y tanto más.

No fue sino hasta que empezaban los cortejos de El Novio Prohibido (por ahí de mis dulces 20) que fui objeto de otro de esos regalos que tanto significado tienen para mi. Se llamaba “¿A cómo el kilo de abulón?” y era una velada declaración de amor. Bueno, no muy velada… pero convenía no darse muy por enterada de las verdaderas intenciones de este rockero insolente y cínico, porque (obviooo) ¡tenía novia! Así que cuando lo escuchaba me limitaba a dejarme sentir maripositas en el estómago imaginando que todo lo que decían esas canciones me lo susurraba él al oído, y luego, por supuesto, negaba todas esas sensaciones e ilusiones al terminar de oír aquel rockcito al que no estaba acostumbrada y no entendía. Y que sólo me gustaba porque me lo regalaba él: Todavía una canción de amor y Aquí no podemos hacerlo, de Los Rodríguez, Quiero tener tu presencia de Seguridad Social, 3 am de Charly García, alguna de Sergio Arau cuyo nombre no recuerdo…

En mi relación con El Novio Prohibido, los acoplados se convirtieron en un código de comunicación. Recuerdo con especial cariño uno que me regaló, dolido, cuando le conté que me iba el verano a hacer mi servicio social a Zipolite. Se llamaba “Pa’ espantar a los alacranes”, era reggaesoso, riquito y sentido. Traía Santería (Sublime), So lonely (The Police, again), Wish You Were Here (en una versión imposible de Seguridad Social), Hace calor (Los Rodríguez), No Woman No Cry (‘Bobby’ Marley) y otras tantas.
Me acuerdo con especial dolor del que me dio cuando terminamos y yo empecé a andar con el El Artista, con el que después me casaría. Se llamaba “Pa’cordarme que te tengo que olvidar”, y no lo pude oir en mucho tiempo.
Agradezco con el alma el “Pa’l homesick” que me dio la primera vez que terminé con El Artista y corrí a llorar mis penas al otro lado del charco sin querer pensar mucho en volver. Con Jane’s Addiction cantando Jane Says, The Pixies cuestionándome Where is My Mind? y Cake recordándome “I say I want you but you don’t believe me, you say you want me but I’ve got my doubts…” y mis amores en Mexico (léase Mécsico).
Y está el último, "Muy Mamón Vol. I" (¿irá a haber más volúmenes?) un acoplado liberador y lindo que me trae a la mente los buenos momentos del reencuentro que tuvimos tras mi divorcio y en el que nos dejamos llevar algunos meses por la romántica idea de que éramos tal para cual y si el destino nos había vuelto a reunir era porque lo nuestro estaba en verdad Muy Mamón, ¿qué tal?

El Artista también me dio alguno en una ocasión específica. Después del truene que me hizo huir lejos. Es un acoplado de arrepentimiento, de “toqué-fondo-pero-me-di-cuenta-de-que-te-amo”.
Y las invitaciones de nuestra boda, que eran un poster como de película, incluían un CD con el soundtrack de la peli (o sea, el soundtrack de nuestra historia, que por angas o mangas no había sido muy planita). Incluía a Dead Can Dance, Nacha Pop, Tontxu, Clara Montes, Henry Mancini, Radiohead, Soda Stereo… A mi me gustaba. Y todo quería decir algo. Siempre. Y él o yo podíamos cantar completas cada una de esas canciones sintiéndolas en las tripas, cada estrofa, cada palabra.

Recientemente me han regalado un par de acoplados. Un par de amigos. Y sé que no pretenden ser más que una selección de buena música, porque saben que me gusta y, como buenos amigos que son, me la comparten. Me gusta, mucho... y lo agradezco más.

Pero al final todo esto viene a cuento porque extraño eso de escuchar mensajes en susurro al oído, audífono mediante… Mensajes que escribió otro pero que al oírlos, alguien que me conoce o que conoce su curiosidad por conocerme, pensó que son para mí y los recopiló para hacérmelos saber.

Aunque, y aquí viene la contradicción mariana, no sé bien a bien cómo tomaría hoy en día uno de esos compilados de secretos entre dos, seguramente con miedo, harto miedo y entonces pienso: no no, mejor ni lo pensemos... (¿qué se le va a hacer? una se queda siscada).

Anyway, sometimes I miss that so much.

Wednesday, April 12, 2006

Vacación... (Oh, si)

Se ha llegado el momento.
Al fin.
Al más puro estilo del año nuevo, haré una lista de propósitos para estos pocos (si, si, son pocos, la verdad) días de asueto.
Pintar 5 puertas (con sus marcos, claro).
Ir por la elíptica (incluye primer pago, desarmado, carga, transporte, descarga, armado y colocación final).
Ir por la sala, por lo menos por el taburete del enganche, ja (incluye primer pago, carga, transporte, descarga y colocación).
Comer sanito, echando mano del gran super que recién hice para mi casa (igual sirve de dieta).

La Ex Cuñada Consentida insiste en que dedique uno de estos días a ella y su queridísima (de verdad queridísima) familia: me invitan a comer y pasar el día con ellos en Yaute. La propuesta es tentadora en tanto los quiero un montón, los echo de menos otro tanto y son super divertidos. Sin embargo, la sola idea de que pudiera aparecer por ahí El Artista o La Mamá del Artista o de que este encuentro se preste a una mala interpretación de parte de cualquiera de los dos, ha pesado lo suficiente para rechazar, muy a mi pesar, la invitación. Things that make you go: CHALE.
Como diría Miss Louis Vuitton: ni Pedro, Juan...

En fin... para empezar con la honorable vacación nos vamos, ya ya (son las 4 pm. y decimos adiós).
Primero a la gas, de ahí al sams, de ahí al cinito y luego con BuddySoCute y su Amigo Publicista.
Ya pues, porque la Editora Asociada se está poniendo punk.


Ahí les cuento si lo logré.

Monday, April 10, 2006

¡Que sí! ¡Que lo seeeeé!

A ver, es cierto.
Ya Daria me dijo holgazanita.
Y tiene razón.
Que sí, que lo seeeeé.
Que debería de actualizar este blogcito con más regularidad...
Chale, es sólo que últimamente no he tenido mucha inspiración para escribir.
O tiempo.
O ganas.
O quizá sólo no he encontrado algo realmente importante que decir.
O una forma de decirlo que valga la pena leer (bueno, ese no es pretexto porque tampoco estoy segura de que todo lo que he posteado antes sea meritorio de leerse).
Porque la realidad es que sí han pasado cosas.
Mi Mejor Cómplice salió del hospital y está estable. Lo cual me tiene muy tranquila.
La Rubia Superior ha ido cediendo terreno a la sensatez y ha empezado a hacer a un lado su enojo conmigo. Claro, es un gallo-gallina-pollito-pa'trás... pero algo es algo.
Un sábado acompañé a BuddySoCute! a la boda de su ex (también hermana de uno de sus mejores amigos: family rules). La odisea es larga y tal vez un día me anime a contarla completa. Por ahora sólo diré que llegué a la boda muy fancy, muy fancy, pero completamente afónica. Eso influyó para que yo, como las nuevas: a) a falta de poder interactuar con la concurrencia, me concentrara en beber y b) me solapara con el cuento de que el tequila TENÍA que abrirme la garganta en algún momento. Por supuesto, eso no sucedió. No conforme y ya peda, claro, le pedí al mesero miel con limón. Trajo una taza (favor de dimensionar: una taza) y Buddy tuvo la brillante idea de añadirle mi sexto tequila doble "pa que no te sepa tanto a madres, Dude", dijo cariñosa y consideradamente. Y yo ¿por qué no?, me tomé una taza de miel con limón y tequila.
Fue el acabose.
Lo que siguió no lo puedo contar por dos razones: la primera, no me acuerdo de casi nada: tengo un black out de 5 horas; la segunda, lo poco que recuerdo me da una vergüenza tan infinita como la risa que le da a mi querido amigo cuando hace algo de memoria. Ahora me río, si. Pero en el momento (y los días posteriores) me sentí muy MUY mal.
Luego vino el tour futbolístico que me sentó tan bien como les conté en el post anterior.
En los últimos 15 días me ha pasado dos veces no poder entrar a mi casa a alguna hora de la madrugada y tener que pedir compasiva morada: una noche a mi querida Daria, otra (bailando un jarabe tapatío encima de mi orgullo) a Papá Doctor y La Rubia Superior: "Oooooohquelachinitaaa", habrán pensado, "¿no que ya no nos ibas a pedir nada nuncaaaa?" Aunque ahora que lo pienso es más probable que hayan dicho para sus adentros "¿no que no tronabas, Pistolita?" Como sea, el punto es que con esto me cayó el veinte de que esas son trabas subconscientes que quieren decir más que el simple hecho de haber olvidado o perdido las llaves: no me gusta llegar a mi casa... y es que claro no la tengo acogedora aún como quisiera.
Por eso hoy acordé con el honorable Sapo Vengador comprarle su bonita sala roja. Es el primer paso para ir haciendo crecer mi espacio. El que sigue: pintar puertas el fin de semana.
El jueves en la exposición de fotos del gran Zuki tuve a bien encontrarme a mi Amiga Cineasta después de varios años de no vernos; y sólo dos días después la topé de nuevo en Bellas Artes. Siempre un gusto. A ver si esta vez sí somos capaces de continuar el contacto.

Hoy por la tarde fui con el Editor de los Ojos Bonitos a comprarle un pastel al Adorable Editor Adjunto, cuyo cumpleaños fue el viernes y dejamos pasar sin mucho barullo por estar en cierre. Así que hoy, que también estamos en cierre, pero con culpa, nos pusimos a mano.
En premio del destino me regalaron un clicker de Axe para contabilizar a todos los que me miren con ojos pispiretos o sonrisa seductora... Jaaaaaah.

Sí, todo esto ha pasado en los últimos días (y más que no me viene a la mente justo ahora)... y yo sin querer escribir, chingao.

Monday, April 03, 2006

Friday's Sunset Reset

Contrario a lo que pudiera esperarse de un viaje en el que había que cubrir 3 destinos en 24 horas, no hubo tensiones ni presión. Fue relajado y fluyó riquito.

El Editor de los Ojos Bonitos se apoderó del volante y no lo soltó, lo cual para mí fue buenísimo. Siempre me han relajado los paisajes de carretera. Así que entre valles y montes, sorteando lagunas y llanos, se nos fueron las horas de carretera en hablar de todo un poco y en cantar alguna que otra rolita (lo que mejor le sale al susodicho editor son las cumbias cachondonas ¡qué cossssa!) Jaaaah, fue muy divertido.

Tras cumplir con las primeras dos terceras partes de la misión (futbolista en Irapuato y futbolista en León), nos dimos una vueltecilla por la plaza de San Juan de Dios, famosa por sus nieves, a ver si éstas de veras ameritaban. Y... oooh sí.
A la noche decidimos ir a tomar una cerveza (o dos, pues), condición absoluta para la platiquita a gusto. Recorrimos "la ciudad" completa... y sólo dimos con un lugarcete. Curioso, pero feo sin lugar a discusión. La concurrencia era en su mayoría de varones del tipo mmmm, digamos... rupestre. De esos que se juntan en grupos que primero ven feo a la descastada que a esas horas anda en un lugar de "esos". Ya luego la ven con ganas.

Con chelita en mano y desafiando el escándalo inmisericorde del lugar, empezó la platiquita a gusto, anécdotas varias, algunos detalles del pasado y el intercambio de información extraoficial (vil cotilleo) sobre algún tema irrelevante y divertido. No diré lo que sé, jaaaaaaah, sólo que me reí mucho.

Al día siguiente, partimos temprano rumbo a Morelia, en pos de otro futbolista, para cuya sesión hubo que esperar el segundo medio tiempo de un partido. Esto hubiera sido un suplicio para mí de no ser porque El Editor de los Ojos Bonitos, gran aficionado al futbol, se esmeró en explicarme las minucias de este deporte así, en acción. Interesante. No puedo decir aún que me gusta el futbol, pero sí lo vi con otros ojos. Ta bueno como introducción al mundial, a ver si esta vez lo disfruto más.

Luego a comer corundas y prepararnos para tomar carretera de vuelta al DF. Así. Ni chance de buscar llaveritos me dio.

Con todo y en honor a la verdad, he de decir que es un gusto viajar con este hombre, por lo menos en viajes cortos y de trabajo. Trae muy buena onda (además de buena música), es alegre, atento, tiene siempre buena disposición y no se conflictúa.

Eso le decía mientras veíamos por los retrovisores el atardecer del viernes, que sirvió para darle el "reset" final a mi mente.
Y vaya que funcionó.