Friday, May 16, 2008

Ando volando bajo

Bajísimo.
Mi Mejor Cómplice se fue.
Y yo namás no encuentro fuerzas pa nada. Ni para dejar de llorar ni para pensar ni para no pensar. Ni siquiera para escribir todo esto que traigo revuelto de una forma que la honre, que honre su vida y su entrega en la justa medida.

Sunday, May 04, 2008

Los años y las crisis

Una amiga a la que quiero mucho me contó del "chico" con el que sale. No es tan chico en realidad, tiene 50 años. Que si nos ponemos a ver que ella tiene 36, pues tampoco es una diferencia como para que una diga uyuyuy. No es para tanto. ¿O si? Yo digo que no. Además, recién he tenido más de una confirmación del refrán ese que te vaticina amanecer mojada (and not as good as it sounds) si te acuestas con niños. Aunque una piense que qué va, que es un prejuicio eso de la edad, que ¿qué más da que apenas arañen los 30?, que seguro ya no se hacen en la cama, fresh news: sí se hacen.

Claro que eso no es alentador y por lo mismo, nada garantiza que a los 50 dejen de hacerlo, vamos, ni siquiera que algún puñetero día dejen de hacerlo. Y luego, ya de muy viejitos, pues supongo que la probabilidad de incontinencia nocturna sólo aumenta. Así que posiblemente, es más, muy probablemente, estemos jodidas.

Whatever. La cosa es que el caso de mi amiga me alentó a pensar que una relación con un hombre de esa edad podría no estar tan mal porque a los 50 ya pasaron por la crisis de quéhagoconmivida, por la de nomequierocomprometer, por la de quétalquesoygay, por la de nomehallo (en su primera, segunda y tercera versión), por la de ahoritasóloquieroechardesmadre y por la de lasquieroalasdos, entre otras tantas. Seguro de jodido habrán pasado por un divorcio y una o dos separaciones; en el mejor de los casos ya tendrán hijos y también habrán sobrevivido a las crisis de todavíanoquieroniños, de laperdíyasóloatiendealchamaco y, por fortuna, las broncas de loschicosestánrodeadosdesexoydrogas, quévamosahacerconlosmuchachos y ahorahayquepagaruniversidades le habrán tocado a otra.

Mi gran esperanza está en que quizá para esas alturas ya no quieran más crisis. No que no las tengan, acotemos, sólo que ya no estén dispuestos a darles la coba de antes. En una de esas, ya las vivirán más naturalmente y fluirán con ellas. Y de paso, dejarán que su relación de pareja coexista y fluya también sin mayor complicación, con problemas normales y soluciones normales, en una dinámica de día a día que no se atormente con la expectativa del futuro perfecto.
Igual y ahí está la onda, tal vez lo que necesito es un cincuentón al que le vengan guangas mis crisis de noerestúsoyyo, de nosoyyoerestú, de noestoylista, de tengomiedotengomiedo —sí, como el del video del alcoholímetro—, de necesitotiempoparami y cualquier otra que me invente... Uno que me dé dos zapes, un besazo y me diga: déjate de babosadas y vamos a pasárnosla bien.