Me llama la atención esto de los blogs. No lo entendía mucho. Creo que todavía no lo hago, pero me gusta, me mola mogollón.
No sé bien cómo empezar. Supongo que será cuestión de práctica.
Hace algunos meses me enganché leyendo los de algunos amigos, luego el de más de un desconocid@. Hasta que me ganaron las ganas de hacer uno propio. Y la necesidad inminente de terapearme de algún modo. Tal vez éste sea un buen comienzo. Tal vez sólo sea divertido... pero seguro viene a ser buen tiempo de intentarlo.
Esa frase no tiene pierde, siempre viene a ser buen tiempo para algo, para desenamorarse, para correr sin mirar atrás, para divertirse, para ir, para venir, para cantar, para quedarse callado, para reír, para comer, para amar, para mentir, para decir la verdad a calzón quitado, para pedir perdón, para comenzar, para partirse la madre por algo o alguien, para decir adiós, para arrepentirse, para morirse y resucitar.
Escogí mi templete en un mood parecido al que hace cinco años me hizo pintar mi recámara del mismo color: un verde así, chillantote. Estoy triste y nostálgica. También hecha bolas, no sé si es la inminencia de la navidad, la soledad (que otros días disfruto condenadamente) o el haber dado carpetazo final a una relación de esas inacabables, intermitentes como esas lluvias que antes llamaban de "chipi chipi", cagantes. Que ni te mojan ni te dejan secarte. Una de esas situaciones ante las que mi abuelo hubiera dicho: "tamos jodidos porque, ni se muere, ni cenamos". Fue apenas el jueves pasado. Y dolió. Hubo que ir a ahogar las penas con margaritas al dos por uno a un barecillo condesero.
Ok, no nos hagamos: fue el pinche adiós, pa qué más que la verdad. Y es que además fue pinche, ni siquiera en persona, ni siquiera de frente. Ojalá que eso se compense con un carácter de definitivo e irrevocable.
En aquel entonces pensé que las paredes verdes de mi recámara ayudarían en una misión que creía imposible: secar mis lágrimas y salir de ella, a la calle, al mundo, a seguir viviendo y a buscar motores y motivos.
Mi tristeza de hoy no se compara, uno nunca deja que el dolor le vuelva a pegar de la misma forma, pero igual recurro a un cheering up color.
Y aquí estamos, vamos empezando. A partir de un adiós que por su historia pesa. Y de un hola que aguardo con miedo, pero que seguro llegará en buen tiempo.
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3 comments:
bienvenida al club.. de bloggeros, de histéricos, de perdidos y reencontrados. si me preguntas, no sé para que sirven pero, te juro que sientan bien. de las tonalidades de verde y las margaritas redentoras, sigamos compartiéndolas que al final, por cada "adiós" es seguro que llegará un "bienvenido". besos borrachos.
Hola.
Mirando hacia el frente... Sólo puedes caminar hacia adelalante...
Yo ando en las mismas.
Y sí, el Blog ayuda. Éxito
Gracias Jo y Nacho.
Si, al parecer todos tenemos una historia así, ¡qué cosa! Variaciones más y detalles menos el amor se repite una y otra vez en una espiral interminable, supongo... y ya ni quejarse ¿qué haríamos sin él?
Mirar pa'lante... eso es todo.
Besos.
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