Los días pasados me me trajeron de regalo encuentros gratificantes y muchas sonrisas, que aún no se borran de mi boquita.
Hace unos días, en la inauguración de la Tienda con Onda de la Diseñadora Argentina, me encontré a varios amigos. Yo pensaba pasar un rato corto, sólo a saludar a sus dueños, a felicitarlos y desearles éxito, pero no contaba con que ahí estarían el Ex Cuñado Consentido y su primo, El Niño de la Comarca Lagunera. También andaban por ahí algunos recuerditos universitarios: el Promotor de Flamenco y mi amigo El Melómano. Obviamente, el rato se alargó mucho más de lo planeado. El gusto de ver a mis queridos ex parientes prohibidos nos tuvo un rato prolongado conversando y riendo como siempre. Terminamos yéndonos a cenar para despedirnos y prometernos no dejar pasar tanto tiempo sin encontrarnos.
El sábado corrí para llegar, tarde pues me quedé dormida, al desayuno acordado días antes con la Doctora Ilustre, con La Mujer Sonrisa (que llevó a La Chulada más pequeña de su familia, un encanto de 27 meses con piecitos envueltos en flores) y Daria Zen, tres de mis grandes tesoros de la infancia. Lo malo: faltaron la Chica Totalmente Palacio y Mami Gourmet.
A lo largo de estos años hemos compartido tanto… hemos crecido, sufrido, reído, actuado, cantado, llorado, bailado, bebido, festejado, viajado, hecho proselitismo, debatido, ganado y perdido… nos hemos visto ir y venir, cambiar de opinión (y de novios), nos hemos despedido (de solteras, de casadas y de lo que haya hecho falta) y nos hemos saludado siempre de vuelta y cada vez con más cariño y respeto. ¿Cómo podría ser distinto si hemos sido testigos y compañeras incondicionales a lo largo de toda una vida? ¿cómo si al paso de ella hemos presenciado las luchas y victorias que a cada una en su mundo nos han convertido en unos mujerones? Es verdad y lo digo sin arrogancia, pero cien por ciento convencida de ello. Es éste un sentimiento que refrendo cada que nos reunimos (desgraciadamente bastante menos a menudo de lo que quisiéramos) y que invariablemente me deja muy buen sabor de boca. Entre los gratos recuerdos de toda una historia juntas y la gran satisfacción de ver dos cosas: la primera, que hemos sido capaces de conservar ese lazo especial que nos ha unido siempre, y la segunda: qué enteras están, qué fuertes son, cuán íntegras se conservan y cómo se las arreglan para sacar ímpetu y optimismo de donde sea para sobrellevar esta vida que últimamente nos ha demostrado ser mucho más compleja y cabrona de lo que nos enseñaron en nuestra escuela fresa o de lo que imaginábamos de niñas. El hecho es éste: las admiro profundamente.
Admiro la fácil sonrisa de La Mujer Sonrisa (valga la redundancia), su incondicional buen rollo, su inteligencia práctica, su total franqueza, su afable sabiduría, su simpatía; admiro la ecuanimidad de La Chica Totalmente Palacio, su sensatez, su claridad, su pensamiento previsor, su congruencia, su solidaridad a prueba de fuego, su espíritu conciliador (y me urge sobarle la pancita que está estrenando); admiro la entrega de la que es capaz Mami Gourmet, su capacidad empática, compasiva, su paciencia, su serenidad, su fuerza para levantarse una y otra vez y sonreír y agradecer, su constante aprendizaje en el manejo de la fuerza de su mente, su disposición; admiro el nivel de compromiso de Daria Zen, su capacidad crítica, su sensibilidad, su búsqueda espiritual, su lucha constante por ser siempre mejor persona, por encontrarse y redibujarse una y mil veces si es necesario; admiro el tezón de la Doctora Ilustre, su fuerza estoica, su inteligencia sobresaliente, sus disertaciones llenas de lógica cada vez más humana, su independencia, su solidaridad total, su disposición para mantenerse cerca a pesar de tiempo y distancia, su constancia.
De todas admiro nuestra capacidad de Ser Amigas-Hermanas en el más amplio sentido de las palabras, y lo que es mejor, por elección. Una elección que no ha hecho sino refrendarse al paso del tiempo.
¡Qué bonito, qué bonito! Quiero siempre más de eso.
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10 comments:
Te quiero, María. Las quiero, mucho. Ya, porque para variar, ya me puse a llorar.
Gracias
Qué bonito! Qué bonito! Qúe bonito!
Y lo mejor es que a pesar de que los años son inmisericordes con la gente, y puede hacerle un extreme make over a su forma de ver la vida, gustos, tolerancias y demás, sigan ahí. Está muy chido.
Yo no quiero más de eso... quiero aunque sea un poquito.
María, anoche te soñé! Soñé que estabamos sentadas en una loma enorme que está justo antes de llegar al Colegio donde estudié mi primaria. Ahí estabamos sentadas comiendo frijoles de un vaso blanco (de esos térmicos), pero mi cuchara estaba quebrada y no podía comer bien, mientras que tú no parabas de comer! Qué raro, no?
Besos
Que bonito!!!
Extraño eso, pero por lo pronto me estoy tomando un break de mis amigas de la infancia...parece que por el momento no compartimos intereses comunes.
Felicidades por tus amigas!!!
nada como la familia que se escoge. lo sé.
Daria querida, no chille, aviente piedras. Jaaah, te abrazo.
Si Cyn, no es que yo quiera presumir de más, pero sí.
Nadal: eso es justo lo chido, a pesar de todo, lo que nos une (a las que nos sigue uniendo esto) es el respeto y el interés generados por un cariño genuino. Es más que chido, es pocamadre.
Mister Gonx, que sea con el tiempo, que se cultive e irá llegando, de a poquitos.
Negra querida!! ¡Qué sueño el tuyo! Y ¡qué marra que aparecía yo en él! ¿qué querrá decir? ¿sabes algo de interpretación?
Liss, así hay etapas, lo bueno es que si se superan los lazos no hacen más que fortalecerse al reencuentro.
Nada igual, Jo... además implica un grado de compromiso mayor para quienes nos lo tomamos en serio. Sé que lo sabes. Abrazo fuerte.
Significa que vas a andar de gaseosa...
Ahhhh... me has puesto sentimental, quiero a mis amigaaaas, qué lejos las tengo. Ahhhh... un abrazo y gracias por recordarme con tu post para qué están esas personas que te llenan tanto en el mundo :_)
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