Thursday, July 20, 2006

Update sorpresivo

Hablé con mi Ex Tía Consentida. Me tomó de sorpresa su voz que no esperaba, pero tras unos segundos de desconcierto la conversación fluyó como si no hubieran pasado más de tres años del último día en que la vi: el día en que pasé a su casa a despedirme y ella corrió a esconderse al baño porque no quería decirme adiós. Un minuto después la vi desde mi coche, entre las cortinas, lloraba asomada a la ventana mientras yo me alejaba para no volver. Ella, lo sé, estaba enojada porque yo no quise seguir luchando para seguir cerca.
Y hoy que hablé con ella fue como si no hubiera pasado nada... tiempo si, claro (la mayor parte de la plática fue un update) pero nos hablamos como si nos hubiéramos visto ayer, con el mismo cariño y la misma complicidad.
Me emociona mucho (muchísimo) la idea de verla. Hemos quedado para el próximo lunes.
Paso por ella, y lo que me pida, faltaba más.

Ah! Y la encontré... esa canción que habla totalmente de mi aquí y ahora, con todo y autoregaño sarcástico por hacerme pato. Se llama A donde sea, es de la Venegas y dice así:

Tengo una cita pendiente con mi soledad, para ver quién soy cuando nadie está mirando.
Tengo una cita pendiente con la mujer que soy, no la que fui hace tanto ni la que ven los demás.
Tengo una cita con tu recuerdo para ver qué queda aún de ti.

Pero no... mejor me voy a donde sea que haya una sonrisa que me crea y una mano acariciándome las penas.
Pero no... mejor me voy a donde sea; prefiero una mentira disfrazada y ese ruido que me separa de la realidad.

Tengo una cita esperando con las palabras: las que nos dijimos un día y todavía sigo pensando.
A veces se me aparecen en algún rincón, me cuentan lo que fuimos pero no dicen cómo fue que terminó.
Tengo una cita con tu recuerdo para ver qué queda aún de tí.

Pero no... mejor me voy a donde sea que haya una sonrisa que me crea y una mano acariciándome las penas.
Pero no... mejor me voy a donde sea; prefiero una mentira disfrazada y ese ruido que me separa de la realidad.

¿Qué hay de nuevo?


Yo había conocido gente desconectada... pero esto mata todo:
Remember El Vocalista?
Pues nada... apareció.
O algo así: desde Bélgica envió mail en respuesta a uno que yo le mandé ¡hace casi tres meses! Claro, pa lo que necesitaba entonces ya no me sirve.
Aunque, aquí entre nos, no me caen del todo mal sus letras desacomodadas, sus preguntas, los abrazos que manda, ni su amenaza de seguir en contacto (epistolar por lo pronto) y de vernos a su vuelta pa "darme más nuevas sobre la gira".
Oookei.
Ya se verá.

Monday, July 17, 2006

Depresión post electoral

Me había prometido no usar este espacio mío para hablar de política ahora que todo el mundo no habla de otra cosa…
Pero hoy ando torcida… estoy enojada…y por lo tanto bailo un jarabe tapatío encima de mi promesa y suelto todo lo que me trae revueltita con el sólo fin de no andarlo cargando indigesto en mi ser, que ya de por sí bastante cargadito está nomás de pensar en otros pollitos que habrá de comerse pronto.

Pa empezar me molesta la polarización a partir del desgarriate electoral. Me molesta que la gente, lejos de unirse, se separe cada vez más. Me revuelve que una postura política necesariamente implique la descalificación de los que tienen otra, ¿por qué somos incapaces de respetar, coño? ¿Por qué somos tan absurdamente adictos a tener la razón? ¿Por qué no puede caber tú pensar y el mío, tu razón y la mía en la misma mesa?

Me molesta la manipulación de toda información. Y me repatean tanto los que van de víctimas en medio de un teatro que por sabido es grotesco, como los cínicos que con sonrisa de muppet dan por legítima una “victoria” con un minoritario y relativo (por no decir dudoso) 35% de votos. Ah, chingá, ¿y el 65% que no quería a uno o al otro? ¿de plano no va a contar?

Me molesta que la desesperación de uno divida a los suyos… que siembre duda entre quienes parecían tener algo claro, que los haga reconsiderar si sí hay que tenerle miedo.
Me molesta no poder confiar en ese uno.
Ni en ningún otro.
Me molesta escuchar o leer las noticias con la desconfianza y la suspicacia de quien se sabe blanco de manipulación y engaño constantes.
Me molesta la falta de objetividad en los medios. Estén del lado que estén.
Me molesta hablar con panistas agresivos y poco informados… (ps ya pa qué, si “ya ganaron”). Me pone verde que insulten y descalifiquen con suficiencia ofensiva.
Me molesta hablar con perredistas viscerales y envictimados.
Me asusta que este partido desacredite y desvirtúe la idea de izquierda de las generaciones en las que en un futuro recaerá la responsabilidad de los votos que apoyen una lucha real por la igualdad.

Me enferma la pinche sensación de impotencia que me invade ante la falta de claridad y ante la ausencia de puentes de comunicación entre las personas que compartimos este país. Me da migraña emocional la certeza de lo lejanos que seguimos de la unidad y de la conciencia del bien común.

Me perturba el clima de confrontación y la falta de entendimiento. Y ya no estoy tolerando la intolerancia que veo a mi alrededor.

Ya pues. Me voy ofreciendo disculpas por este exabrupto de enojo, desencanto y depresión post electoral.
No lo vuelvo a hacer.

Thursday, July 13, 2006

Quién quita y sí

Yo tenía un novio rockero —y prohibido— que tenía una banda.
Yo y él ya no nos tenemos de novios, pero él sigue teniendo a su banda.
Hace unos meses sacó ¡por fin después de tantos años! su disco, creo que con Sony Music. Oh, yeah.

Y yo pensaba, antes, cuando había amoresn (si, así con ene) de por medio, que ojalá mi chico tuviera éxito para que se realizara, que alcanzara su sueño y le fuera reconocido su talento. Si, si, así de ñoña.
Hoy, que ya no los hay (amoresn) y que me he vuelto mala y calculadora, pienso que más le vale hacerla, tener éxito y ser famoso: así cuando yo ya sea viejita podré presumir y vender el montonal de cartas de amor condenado y cursi con su firma, que para entonces ya no será de noviete post-adolescente, sino de mundialmente (changuitos, changuitos) reconocido músico. Uuuuy, y si encuentro esa hojita donde me escribió una de dos canciones... claro que luego le cambió un poco la letra... y se la cantó a su nueva chica... Pero nomimporta porque el original lo tengo yo, y hasta lagrimeado por los dos —él y yo, claro— y todo (¿habrá estudios de adn que comprueben que los residuos de lágrimas en un papel son del personaje en cuestión, así como se hace con la sangre? si sí, ya chingamos paletota)... en alguna pinche cajita de película 16 milímetros... por algún lado en mi recámara verde de la casa de mis papás... seguro la tengo.

¿¿En cuánto se han subastado cartas y manuscritos originales de las canciones de... mmmm... Lennon, por ejemplo?? Okei, okei, me fui un poquito de boca... jaaaaaaaah, pero quién quita... y así me compensa por todo lo que me hizo sufrir tan sin querer queriendo como sólo le sale a él. Hubieran visto los lagrimones...
Y como ya me hice la ilusión de tener la oportunidad de ser aprovechada, advenediza y millonaria, le mando atento y cariñoso recado: ¡Ahora triunfas, chiquitito! ¡A mi me cumples!

Wednesday, July 12, 2006

¿Qué será esto? ¿Un Smelltrack?

Sobre la tarea de memoria olfativa que me dejó Nacho hace mucho y que yo por andar en cierres, microeditando y aprendiéndome canciones nuevas, no había hecho. Aquí está. Sólo que ya encarrerada no pude limitarme a diez… lo siento.

De la infancia temprana:
El olor de la recámara de mi Abuela (y de todas sus cosas).
El olor del bronceador Coopertone original.
El olor a alfombra nueva.
El olor del cigarro de Papá Doctor cuando lo encendía dentro del auto, con la ventanilla abierta de modo que el humo se mezclaba con el aire de una fresca mañana y el olor de la carretera.
El olor de la leche al calentarse.
El olor del jabón Nórdiko.
El olor de los talleres de mi Abuelo Alfonso.
El olor a duela con brea de los salones de la Academia de Balé de Coyoacán.
El olor de una sustancia, seguramente tóxica, que vendían afuera de Arroyo y en algunos parques, que venía en un tubo al que se adjuntaba un popote plástico y con la que se hacían globos verdes, rojos y azules. ¿alguien se acuerda cómo se llamaba? ¿verdad que olía como a petróleo? Ja… bueno, yo me imaginaba que así olía el petróleo.

De un poco después:
El olor de las tortillas de harina que hacía Mi Mejor Cómplice.
El olor del café de olla.
El olor a dulce gringo que despedía el locker de Manuel, que estaba junto a mi banca en primero de secundaria.
El olor del tabaco de la pipa de un hombre canoso, adusto e interesante.
Los olores de aceite de olivo, ajo, jitomate, pulpos, bacalao y demás suculencias que cada 22 de diciembre invaden la cocina de mi mamá, alias La Rubia Superior.
El olor de los jardines de la que fue mi universidad, cuando llueve.
El olor a libro viejo.
El olor a libro nuevo.
El olor de la hierba de las costas de Oaxaca.
El olor a algas del Mar Cantábrico.
El olor de las happy cookies del palacio de hierro.
El olor de un buen rioja.
El olor mugrosón de esta ciudad.
Y sí, el olor de él… a veces lo recuerdo… y sí, el de su café por las mañanas también.

PD. Dejo el turno a Jo, a la Negra, a Humanware, a Chai Latte, al Honorable Sapo Vengador y a Melcocha Barata. Pero si alguien más se siente animoso de participar, haga el favor de no abstenerse, comente, comente por favor cuáles son los olores que entrarían en su catálogo olfativo.

Tuesday, July 04, 2006

Citando a Sabina: 2 no es igual a 1+1

A propósito del tema del matrimonio que trajo a colación Chai Latte, me vinieron a la mente algunas reflexiones...

Un día yo me casé también, hace como 5 años. En menos de 2 se nos olvidó por qué queríamos estar juntos pa siempre.

Creo que la mejor manera de disolver una pareja es el matrimonio bajo estos preceptos (en mi experiencia tormentosos):
-Hasta que la muerte los separe (si ya no eres feliz, te aguantas; y si ya no lo admiras, si dejaste de tener cosas en común o si tú empiezas a ir pa Guadalajara mientras él insiste en ir a Monterrey... ¡ya te chingaste!)
-Todo lo que hagas tiene que estar orientado al bien y a la aprobación del otro. (O sea: tú debes anularte en función de tu pareja y sacrificar lo que haga falta para no defraudarla, incluso desdibujarte, borrarte y redibujarte -aunque te pierdas en trazos inconexos y deformes- para satisfacer sus expectativas.

Según mi parecer, la pareja enamorada vale madres y pierde todo romanticismo cuando se convierte en una obligación y desgraciadamente es aun mucha la gente que sigue entendiendo en esos términos el contrato matrimonial.

Creo que la mejor forma de mantener vivo el amor es entenderlo como un acto voluntario que debe cuestionarse y renovarse día tras día.
Hoy creo que sería muy feliz si mi chico amaneciera a mi lado porque quiere y no porque tiene que hacerlo.
Si buscara espacio y tiempo para compartir con la que esto escribe porque lo disfruta y lo elige. No por cubrir el requisito, no porque ya viva conmigo, no porque aquí haya de dos sopas y la de fideo ya se haya acabado.
Si tuviera un detalle conmigo porque le nace y no "para tenerme contenta".
Si me llamara porque escucharme le provoca algo chingón y no para reportarse.
Si me apoyara y cuidara como un acto de amor y no de obligación o paternalismo o, peor aún: responsabilidad adquirida.
Si acudiera a mi por confianza y no porque asuma que es mi obligación escucharlo o ayudarlo o resolver algo.
Si me motivara en vez de exigirme.
Si me dejara libre y se maravillara ante lo que puedo hacer en vez de querer controlarme.
Si fuera capaz de entender que somos dos individuos compartiendo un amor que se estancará si atentamos contra nuestras individualidades.
Si intentara descifrar conmigo la diferencia entre 2 y 1+1 y las ventajas de la unidad desglosada.
Si comprobara conmigo que está más rico y enriquece más, obvioooo, siempre que hay suma. Que mejor pues, 1+1.

Y bueno, ya si yo fuera capaz de ver todo esto a la hora de estarlo viviendo, y de alimentarlo y de funcionar en sentido inverso directa, recíproca, justa, sensible e inteligentemente proporcional... ¡La hostia, sería la hostia!

¿Utopías?
Hope not.