Friday, March 27, 2009

Mariposas de cesárea

hoy tengo un nuevo ex novio. chale.

a mi mamá la pone verde que diga "chale". y "chido" le para los pelos de punta.

pero de verdad pienso que habría estado chido enamorarme. y ella también lo piensa, que no se haga. hoy la vi triste cuando le conté que habíamos terminado. creo que le hacía ilusión volver a pensar en mí emparejada. y a mi también, para qué me hago.

mi amigo Stalker, desde su trinchera (según él realista, según yo pesimista) dice que las mariposas en el estómago están sobrevaluadas. que a estas alturas estorba más de lo que ayuda ir en pos de ellas. que lo que hay que hacer es bajar la vara, detectar las buenas oportunidades, tomarlas y aceptar que that is as good as it gets. aunque no haya maripositas.
yo puedo concederle un punto: quizá estén sobrevaluadas para algunos... entiendo que si sólo han oído o leído de ellas y hasta este momento no las han sentido en propia víscera, el desencanto ante la búsqueda infructuosa los lleve a dudar de su existencia. de verdad lo entiendo.
a mí —que haberlas sentido antes me inhabilita para conformarme con menos— también me desencanta no encontrarlas una vez más, pero es distinto. sé que por ahí andan y podría identificarlas porque conozco bien algunas de sus características: que suelen presentarse por sorpresa, que vienen acompañadas por un involuntario temblor de las extremidades y una sonrisa idiota, que se llevan el hambre y que algún rebote extraño de su aleteo provoca que a algunos se nos vuele la cabeza, que alteran la percepción del correr del tiempo —lo minimizan en presencia de la persona que las provoca, y lo alargan inclemente y burlonamente en su ausencia—, que provocan súbitos ataques de cursilería y dramatismo, que causan tanta y tan inmediata adicción como la cocaína, y que el vacío que dejan al irse duele.
esta vez sólo duele que simplemente no aparecieran cuando ya las esperaba con todo y cena de bienvenida preparada.
alto ahí. quizá éste es el punto (seguro éste es el punto): que suelen llegar por sorpresa, que no hay que esperarlas, mucho menos preparar ningún tipo de manjar que ofrecerles para festejar un arribo premeditado. que no, no se puede programar su nacimiento por cesárea. que no. que deben partirnos naturalmente.

Tuesday, March 17, 2009

No alarms and no surprises II

Resulta que al cuarto para la hora la Ex de mi nuevo novio se aventó el puntadón de desinvitarlo porque se enteró de que tiene una nueva novia. Bueno, no se lo dijo así, pero en el nebuloso mundo que yo veo por estos días mi versión es ésta y es la única que cuenta, sorry. (Para esto es mi blog, nomás faltaba.)
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Mi Roomie (que es lo máximo) dice que lo que me pasa es resultado de que acabo de hacer limpieza general. Tiré miles de cosas viejas, reacomodé recuerdos, remodelé mi recámara, moví los muebles, quité cuadros. Además me deshice de una agenda llena de citas para cumplir un montón de sueños ajenos que llevaba a cuestas y me hice de una nueva, medio vacía e incierta. Es de esperarse una racha de estornudos a cuenta del polvo removido, cierta incomodidad al ver las paredes vacías y las marcas que en ellas dejaron los cuadros viejos, y el abuso en el consumo del azote ahora que hay tiempo libre para pensar en razones (siempre demasiadas) que lo justifiquen.
Lo cierto es que hoy me sentí de nuevo cansada. Dudosa. Confundida. Torpe. Frágil. Triste.
Es que no hallo cómo quitar esas marcas que estorban para acomodar mis nuevos cuadros.
Es que me da miedo perderme demasiado en la ensoñación de mi colección de caleidoscopios.
Es que ayer fue mi concierto de la gira In Rainbows de Radiohead. Que sí, nos hizo el favor de regresar tarde. Mínimo trece años después del flechazo con que –cada uno de los que fuimos a verlos ayer y antier— los incorporamos a nuestro más íntimo soundtrack. Y es que a pesar del innegable disfrute, yo, predispuesta tal vez, sí sentí el desafortunado descontexto.

También es que en el setlist de mi concierto faltó No Surprises... tan conmovedora que habría sido con una lacrimosa lluvia de leds azules y amarillos.
¿Es que así cómo no me van a dar ganas de llorar lágrimas de colores?

A heart that's full up like a landfill,
a job that slowly kills you,
bruises that won't heal.
You look so tired-unhappy,
bring down the government,
they don't, they don't speak for us.
I'll take a quiet life,
a handshake of carbon monoxide,
with no alarms and no surprises,
no alarms and no surprises,
no alarms and no surprises,
Silence, silence.
This is my final fit,
my final bellyache,
with no alarms and no surprises,
no alarms and no surprises,
no alarms and no surprises, please.
Such a pretty house
and such a pretty garden.
No alarms and no surprises (get me outta here),
no alarms and no surprises (get me outta here),
no alarms and no surprises, please.

Sunday, March 08, 2009

No alarms and no surprises

Desde que me divorcié, hace casi seis años, me rehuso a hacer planes a futuro. No me importa si es cercano o lejano. No me gusta... y tampoco me sale. Por eso sólo los hago cuando no queda de otra. Por ejemplo, cuando se trata de conciertos cuyos boletos venden meses antes del show obligándote a decidir con aventuradísima anticipación qué harás en la tarde y noche de un día en el que aún no sabes si tendrás cólico. Como toda moneda, tanta antelación tiene dos caras...

Cara A:
En su segunda cita con El Bloggero Escritor, por ahí de noviembre pasado, mi Roomie recibió de regalo un par de boletos para el concierto de Beirut. Él se la jugó a lo grande, ni sabía si se ganaría una tercera cita, pero se curó en salud: si esto va bien, le dijo, ojalá me quieras invitar a mi... si no, pues para que vayas tú e invites a quien quieras. El concierto fue a finales de febrero. El tiempo entre la segunda cita y la presentación de Beirut acomodó todo para que afortunadamente llegaran de la mano al Lunario, se dieran de besos a la menor provocación y al término del concierto se fueran a dormir a la misma cama donde seguramente hicieron el amor. Aún es difícil saber si serán felices siempre y comerán perdices, pero la primera parte de su historia sí tuvo final feliz.

Cara B:
Mi nuevo novio tiene una buena lista de exes. Con la última sigue en contacto. Resulta ser que la familia de ella lo adoptó y aunque su relación de pareja haya terminado, no lo suelta. Bueno, hay que decir que él tampoco los suelta a ellos. El hermano a estas alturas ya es uno de sus mejores amigos. Yo no tengo problema con ello. Claro, porque no los conozo ni se me ha pedido formar parte de la familia putativa (aún).
Hace unos días, camino a su departamento, hablábamos del inminente concierto de Radiohead cuando le pregunté emocionada: ¿tú vas a ir? En medio de argumentos varios que sostiene sobre el destiempo en que se presenta aquí la legendaria banda, contestó que sí y preguntó ¿tú con quién vas?, a sabiendas de que estaba aventando un boomerang. Con Roomie y otros amigos, ¿y tú? Mmmm, con Ex-Cuñado-Gran-Amigo y con... mmm, Ex, sí.
Uórale, dije, sin poder mantener mis cejas en su sitio. Agregó que originalmente no pensaba ir, pero que luego lo habían invitado y pues, fue antes de que nos conociéramos... Claro, los boletos se vendieron en octubre.

Things that make you go: chale.