Tuesday, March 02, 2010

ayer buscaba audios de Heidi para mi trabajo del radio cuando me di cuenta de que tengo muchas ganas de llorar como cuando era niña.
así, nomás de tristeza. sin tratar de explicármela. sin tratar de convencerme de las razones que tengo para ignorarla.
así, nomás porque me acuerdo de mi Nena y la extraño.
así, nomás porque hoy me duelen mi soledad, mi impotencia y mi desencanto.
así, sin tratar de ahogar el ruido de los sollozos para no llamar la atención y para seguir pasando por fuerte.
y ahora, mientras escribo en este blog que había abandonado por miedo a que hubiera dejado de ser mi refugio, mientras mis dedos se mueven sobre el teclado sin que mi cabeza medie en su coreografía espontánea, las lágrimas —¡por fin!— escurren fuera de mi.
justo hoy que elegí el negro, como ayer y como mañana porque tal vez sea buen tiempo de dejar salir al luto que traigo escondido desde hace tanto, de llevar los siete crisantemos (rojos, rojísimos) al cementerio y de despedirme.
otra vez.
otra puta vez.


2 comments:

Exenio said...

Gritar, llorar, pegar... esperar no pueden; si se contiene lo inevitable lo único que se consigue es crear una corteza alrededor que muchos llaman... cáncer.

;-(

Llora... grita... golpea... y deja ir...

Lulú said...

MIERDA!!!!!

FUCK THIS SHIT!

HABER SI YA ESCRIBES MAS NO?