Sunday, June 22, 2008

Postal

Madrid, 6 de junio de 2008.

Nenita:

Este es el Madrid del que tanto te conté y ahora por fin compartes conmigo. El de las tardes de verano y terrazas de sol a las 8 de la noche. Éste al que corro cada tanto para desenmarañarme las tripas y el cerebro cuando la vida se me viene encima, cuando se me enredan los sentimientos y no sé muy bien para dónde seguir.
Vine porque necesitaba encontrar espacios y momentos y pretextos para sonreir, para acordarme de más motivos por los que, como dice la Venegas, merece la pena vivir.
Te cuento que por aquí la vida de los que queremos va bien. Ani está contentísima, esperando un bebito y publicando libros y Laura, como siempre, es feliz a su sabio modo. Ana, Rafa y Emi están más repuestos de su pena. Y sin embargo, a todos ellos les ha dado tristeza saber que te has ido.
Esto de tu partida ha sido fuerte... muy fuerte para mi. Fuiste una madre y una gran maestra, además de mi mejor cómplice. Así que sí, a ratos no llevo bien tu pérdida. Sé que lo sabes. Y no sé... también me gusta pensar que estás ahora más cerca de mi. Que vienes conmigo a donde voy y que puedo hablar contigo todo el tiempo.
Te escucho muchísimo, ¿sabes? Sólo que aún no me hago a la idea de ya no poder verte, tomar tu mano en silencio. Recostarme en tus piernas y quedarme dormida mientras tú juegas con mi pelo. Me hubiera gustado hacerlo más a menudo, pero me dolía verte. Fui cobarde y egoísta y no podría decir con palabras cuánto lo lamento ahora. Sé que lo sabes y sé que me perdonas porque no he conocido a nadie más bueno ni más sabio que tú.
A últimas fechas pasábamos gran parte de nuestro tiempo en silencio, ¿te diste cuenta? ¿Será que ya nos habíamos dicho todo? ¿Que ya no necesitábamos hablar? Por lo menos, no a lo loco, no por llenar el aire, o por aligerar el tiempo. Sabía que sabías, y sabías que sabía. Bastaba con que tomaras mi mano, bastaba con echarme a tu lado y quedarme ahí, calladita, horas.
Sé de la prevalecencia del alma sobre el cuerpo, pero echaré de menos tus ojos, tu sonrisa, tu hablar irregular y tus amorosísimos consejos. Aunque sepa que esos los llevo en mi y que vienes conmigo, ahora si, a donde sea. Creo que me llevará un rato acostumbrarme. Pero tampoco te preocupes, que voy a estar bien. Y otra vez, sé que lo sabes.
Mientras te-nos-regalo un pedacito de canción:
I believe in you and me.
I'll come and find you
If it takes me all night.
Run until you make it right
And I won't forget you,
At least I'll try.
And run, and run tonight.
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright...
Tomo tu mano, me recuesto y me quedo así ya, calladita, con todo el amor y el agradecimiento que me cabe en el alma. Porque no hace falta más. Porque tú y yo sabemos.